Guatemala
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Aprendí El Español Para No Callar
Autor Invitado: Sandra Xinico Batz
Soy una mujer maya (como miles en este país) que aprendió a hablar y escribir español hasta que ingresé a la escuela, mi primer encuentro con este idioma fue difícil ya que nunca se está completamente preparada para insertarse en otro mundo de la noche a la mañana, así como implica el sistema educativo en este país y el proceso de aprendizaje de otro idioma, en este caso (kaqchikel-español), con sistemas y de pensamiento completamente diferentes, pero hechas coincidir por la invasión de nuestros territorios y la colonización.
Según la maestra de mi primer año de escuela, el primer día de clase, en mi idioma maya le repetía una y otra vez que no entendía lo que me decía y que yo solamente sabía hablar kaqchikel; a mi corta edad no comprendía por qué la educación no podía ser en nuestro idioma si éramos la mayoría y por qué ambas culturas -kaqchikel y mestiza- no podían comprenderse entre sí en sus idiomas a pesar de convivir y “cohabitar” en un mismo lugar. Desconocía en ese momento que esto le ocurría (y sigue ocurriendo) a muchas niñas y niños indígenas en todas partes del país.
Este proceso de bilingüismo por el que los pueblos indígenas pasamos no es sencillo porque es efecto de la historia, prácticamente impuesto, ya que el español es el único idioma avalado por la Constitución Política de la República hasta la actualidad y quienes no lo hablan son aún más excluidos y discriminados. Se es analfabeta por no hablar español, pero jamás se es si no se habla ningún idioma maya, garífuna o xinka, por más que permanezcamos una vida entera en un país con 24 idiomas diferentes.
En Guatemala, para los indígenas, como nos expresemos en español puede determinar si obtendremos o no un trabajo (y qué tipo de trabajo), un buen o mal trato, una burla o un halago, un insulto o un “lo pienso, pero no lo digo”. Como pronunciemos el idioma es fundamental para ser o no “aceptados” socialmente. La mejor pronunciación significa eliminar todo acento indígena que pueda dar entender o interpretar que somos indígenas. Esto ha provocado que generaciones de padres indígenas opten por enseñar a sus hijos como primera lengua el español para evitar que el racismo les golpee más de lo que la estructura social, económica y política hace cotidianamente.
Afortunadamente los pueblos hemos evolucionado y nuestra existencia persiste precisamente por la fuerza que hemos tenido en mantener por miles de años nuestros idiomas (a pesar de lo adverso del pasado y presente) y por adaptarnos al español para poder sobrevivir. Ese miedo que provocó en mi ese primer encuentro nada romántico con el español (hace más de 20 años), se diluyó conforme me fui empoderando de estas letras, de este idioma, como una herramienta más para que se escuche nuestra voz, para afrontar esta necesidad latente de los pueblos por documentar nuestra historia, para denunciar el racismo que no nos permite vernos/reconocernos y para tejer voces, entre ustedes y nosotros, entre todas y todos, voces que puedan trasformar la realidad, nuestras realidad.
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El Soplo de los Ancestros
Autor Invitado: Birago Diop
Escucha más a menudo
A las cosas que a los seres,
La voz del fuego se escucha,
Escucha la voz del agua,
Escucha en el viento
Al zarzal sollozando:
Es el soplo de los ancestros.
Aquéllos que han muerto no se han ido nunca
Están en la sombra que se alumbra
Y en la sombra que se espesa,
Los muertos no están bajo la tierra
Están en el árbol que se estremece,
Están en la madera que gime,
Están en el agua que corre,
Están en el agua que duerme,
Están en la cabaña, están en la multitud
Los muertos no están muertos.
El soplo de los ancestros muertos
Que no se han ido,
Que no están bajo la tierra,
Que no están muertos.
Aquéllos que han muerto no se han ido nunca,
Están en el seno de la mujer,
Están en el niño que llora,
Y en el tizón que se aviva,
Los muertos no están bajo la tierra,
Están en el fuego que se apaga,
Están en el peñasco que se queja
Están en las hierbas que lloran,
Están en el bosque, están en la morada,
Los muertos no están muertos.
Escucha más a menudo
A la cosas que a los seres,
La voz del fuego se escucha,
Escucha la voz del agua,
Escucha en el viento
Al zarzal sollozando:
Es el soplo de los ancestros.
El reitera cada día el pacto,
El gran pacto que une,
Que une a la ley nuestra suerte;
A los actos de los soplos más fuertes
La suerte de nuestros muertos que no están muertos;
El pesado pacto que nos une a la vida,
La pesada ley que nos une a los actos
De los soplos que se mueren.
En la cama y en las orillas del río,
Los soplos que se mueven
En el peñasco que se queja y en la hierba que llora.
Los soplos que moran
En la sombra que se alumbra o se espesa,
En el árbol que se estremece, en la madera que gime,
Y en el agua que corre y en el agua que duerme,
Los soplos más fuertes, que han tomado
El soplo de los muertos que no están muertos,
Los muertos que no se han ido,
Los muertos que no están más sobre la tierra.
Escucha más a menudo A las cosas que a los seres. «
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Autoridad Ancestral
Universo de gente descalza
con fuerza de invierno y de frìo
varas de autoridad de antaño
justicia oculta casi en neblina
frentes morenas, Dioses eternos!
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Originarios
Autor: Pedro Ortiz – Samai
Fotografìa: Autor desconocido.
Seremos así, al salir el Sol,
el bosque en la mirada del abuelo;
seremos la vida que llevan en la sonrisa los niños de nuestra Amerindia;
dispondremos de la medicina natural
para sanar el espíritu guerrero de nuestro pueblo ancestral.
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Nacimiento del Dìa
Frescura y claridad; la madrugada conversa con el astro sol;
contando los sueños, diàlogo de Dioses en la eternidad.
Manifestaciòn de luz instantanea, regocijo de madre y padre
mostrando la pròxima lluvia que profetiza cosecha del nuevo maìz;
conocimiento sagrado, perpetuo, misterioso y sublime donde solo cabe la fè.
Viviendo, sobreviviendo, creceremos aùn màs
Porque somos cultura, semilla, planta y flor……………..
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Entidad
Ojos color de milpa, con sabor a grano,
a esencia natural de pino, ocote del monte
que regala fuego, calor de ancestro
vigilante, cuidadoso, protector, luminoso.
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Oración Maya, (Pop Wuj)
¡Oh tú Tzacol, Bitol! ¡Míranos, escúchanos!
¡No nos dejes, no nos desampares.
Oh Dios, que estás en el Cielo y en la Tierra,
Corazón del Cielo, Corazón de la Tierra!
¡Danos nuestra descendencia, nuestra sucesión, mientras camine el Sol y haya claridad!
¡Que amanezca, que llegue la aurora! ¡Danos muchos buenos caminos, caminos planos!
¡Que los pueblos tengan paz, mucha paz, y sean felices; y danos buena vida y útil existencia!
¡Oh tú, Huracán, Chipi-Kakulhá, Chipi-Nanauac, Raxa Nanauac, Voc, Hunahpú,
Tepeu, Gucumatz, Alom Qaholom, Ixpiyacoc,
Ixmucané, abuela del sol, abuela de la luz! Que amanezca y que llegue la aurora!
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Palabras al Formador
Ajaw; Corazón del Cielo, Corazón de la Tierra
Danos fuerza,
Danos sabiduría
Danos entendimiento.
Ayùdanos a obtener conocimientos para ayudar a los demás.
Corazón del Cielo, Corazón de la Tierra, escúchanos……
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Oraciòn Maya
Fotografìa: Jean-Marie Simon
Gran creador, tú nos formaste, corazón del cielo, corazón de la Tierra:
Te damos gracias por habernos creado.
Dios del trueno, Dios de la lluvia:
Desde la salida del sol buscamos la paz en el mundo entero.
Que haya libertad, tranquilidad, salud para todos tus hijos que viven en el este, donde el sol se levanta.
Te pedimos también, a la puesta del sol, hacia el oeste, que todo sufrimiento, toda pena, todo rencor terminen, como el día termina. Que tu luz ilumine los pensamientos, las vidas de los que lloran, de los que sufren, de los que están oprimidos, de los que no han oído.
Rogamos hacia el sur, donde el corazón del mar purifica toda corrupción, enfermedad, pestilencia.
Danos fortaleza, para que nuestras voces lleguen a tu corazón, a tus manos y a tus pies.
Nos postramos delante de tì con nuestras ofrendas, invocándote día y noche.
Rogamos hacia el norte, desde los cuatro puntos cardinales de este mundo, confiando en que el corazón del viento llevará hasta tus oídos la voz, el clamor de tus hijos.
Oh gran creador, corazón del cielo, corazón de la tierra, nuestra madre:
Danos vida, mucha vida y una existencia útil, para que nuestros pueblos encuentren la paz en todas las naciones del mundo.
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Ri’j laj Mam
A la luz de las velas, en la penumbra
acompaña la palabra compartida
a mi amado Ri’j laj Mam
escuchando con el alma; con el corazòn.
Traigo ofrenda de flores y velas de colores
a los pies del hermano Mayor
que nunca descansa, que siempre esta vivo
y de cuya presencia brota la paz
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