Guatemala
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Sexto Principio, Para Vivir Bien o Vivir en Plenitud
Autor invitado: Fernando Huanacuni Mamani
Saber meditar, entrar en un proceso de introspección. El silencio equilibra y armoniza, por lo tanto el equilibrio se restablece a través del silencio de uno y se conecta al equilibrio y silencio del entorno, el silencio de uno, se conecta con el silencio del entorno, como consecuencia de esta interacción y complementación emerge la calma y la tranquilidad.
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Quinto Principio, Para Vivir Bien o Vivir en Plenitud
Autor invitado: Fernando Huanacuni Mamani
Saber trabajar. Para el indígena originario el trabajo no es sufrimiento, es alegría, debemos realizar la actividad con pasión, intensamente.
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Cuarto Principio, Para Vivir Bien o Vivir en Plenitud
Autor invitado: Fernando Huanacuni Mamani
Saber dormir. Se tiene que dormir dos días, es decir dormir antes de la media noche, para tener las dos energías; la de la noche y la de la mañana del día siguiente, la energía de dos días. En el hemisferio sur se tiene que dormir la cabeza al norte, los pies al sur, en el hemisferio norte la cabeza al sur y los pies al norte.
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Tercer Principio, Para Vivir Bien o Vivir en Plenitud
Autor invitado: Fernando Huanacuni Mamani
Fotografìa del Ballet de Amalia Hernàndez
Saber danzar, entrar en relación y conexión cosmotelúrica, toda actividad debe realizarse con dimensión espiritual.
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Segundo; de los Trece Principios Para Vivir Bien o Vivir en Plenitud
Autor invitado: Fernando Huanacuni Mamani
Saber beber. Antes de beber se inicia, dando de beber a la Madre tierra, a los mayores. Beber, tomar, completarse, entrar al corazón, sacar del corazón y emerger del corazón para fluir y caminar como el rìo.
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Los Cuatro Colores Del Sagrado Maìz
Autor Invitado: Belejeb Chumil Tzi
Rojo fuego de la sangre, Tojil de mil batallas, sagrado fuego del Universo, fuego consagrado del Espíritu, el Gran Kan Koyopá que abre y satura el Camino de Padre Sol, es nuestra esencia, de los que venimos de las estrellas: ¡Los Mayas y los Pueblos del Continente Americano! Negro del silencio, de la vida de los Ajmaq, del silencio de la Sabiduría, de la Regeneración, de los Ancestros, del Qanil, de la Entrada de Padre Sol, la del Balam de la Noche, para reparar los pecados y volver a nacer al siguiente día, con la ayuda de los ancestros para no seguir cometiendo los mismos pecados. Amarillo de la savia que persiste en el tiempo, la persistencia de la vida, la energía de la santa agua, médula de los huesos, luz que sana y vientre que germina en diversidad de formas, para la eternidad. Amarillo que alimenta el movimiento, que baña el espacio y que ayuda a la transmutación y a la psiquis. Blanco de la pureza, del respeto y de la obediencia, el que satura de blancura, del hálito divino, la esencia del aire al entrar a este mundo como esencia de nuestra respiración, del equilibrio, de la estabilidad, es el blanco mensaje de los Viajeros Estelares, el frío Viento del Norte (Tew Kakik) que trae los avisos de la Vida y de la Eternidad. Color de la magia blanca, la del milagro para comunicarnos con las 13 dimensiones, blanca, siempre blanca comunicación de la Tierra con el Cielo. Son los colores de las 4 constituciones psicobiológicas humanas existentes en este planeta. Son los colores de los cuatro cuadrantes, llenos de mazorcas energéticas, para alimentar nuestra materia, nuestra aura, nuestro ser espiritual. Son los colores, en su orden: de la alegría, la tristeza y el sufrimiento, la fuerza y la paz y la pureza…
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La Perseverancia De Marìa Ixim
Autor invitado: Elder Exvedi Morales Mérida.
¿Quién iba a imaginar que aquella señorita indígena lo lograría?
Cuando llegó arrastrando su humilde equipaje, luciendo su traje indígena y su rostro aldeano, algunos compañeros pensaron inmediatamente que fracasaría.
Nadie, absolutamente nadie, le dirigió la palabra. Todo fue silencio para ella. Siendo yo pueblerino, entendí que tenía el privilegio de iniciar a cultivar una íntima amistad con ella.
-¿De dónde viene? inquirí.
-De una aldea de Quiché-, me respondió con su escaso español.
-¿Cuál es su nombre? Seguí con mi interrogatorio, ante su casi silencio sepulcral.
-María Ixim.
Desde ese día, nos hicimos buenos amigos y nos ayudamos mutuamente.
¿Quién iba a imaginar que aquella indígena llegaría a triunfar?
La primera lección de piano que recibimos del ilustre pianista y filósofo guatemalteco, Juan de Dios Montenegro*, nos advirtió que el camino sería muy difícil. Y María Ixim y yo, estábamos en gran desventaja ante los capitalinos, ya que en nuestras comunidades jamás habíamos recibido siquiera una lección de música, mucho menos de solfeo.
-Demostrémosles que no por ser del interior del país, somos inferiores a los capitalinos-, me dijo inesperadamente, y eso me agradó en gran manera.
¿Quién iba a imaginar que María Ixim llegaría a lograrlo?
Como éramos pobres y no teníamos donde estudiar, me refiero a instrumento, compramos una caja de cartón y en él dibujamos un teclado de piano de cinco octavas. Las personas que nos observaban estudiando en ese imaginario piano, reían y nos señalaban de locos.
El tiempo pasó, como pasan los seres humanos y ya jamás vuelven. Gracias a nuestro esfuerzo y entusiasmo, logramos cursar el primer año de piano, y ya interpretábamos música de algunos grandes maestros como Beethoven, Mozart y Chopin.
¿Quién iba a imagina que María Ixim triunfaría?
En diciembre se nos notificó que la Escuela Superior de Piano en Francia ofrecía una beca. Para obtenerla, era necesario someterse a un examen público, el cual consistía en interpretar música de los maestros clásicos.
La única persona en interesarse, fue ella.
El día de la prueba, debió esperar alrededor de cinco horas, pues los aspirantes eran muchos.
La prueba fue muy difícil. Yo me irrité y lloré cuando a ella le tocó su turno. Sucedió que muchos, al ver por primera vez a una joven indígena en una actividad de esa naturaleza, se mofaron de ella; pero mi amiga jamás claudicó.
Es menester señalar que los candidatos eran doctos.
El embajador francés, acreditado en nuestro país, dijo más de una vez: “Buenos músicos tiene Guatemala”.
Al concluir el ajetreado día y lleno de emociones, el jurado le otorgó por unanimidad la beca a María Ixim, argumentando su admirable técnica pianística. “Pone el alma al tocar el piano”, expresó jubiloso nuestro maestro Juan de Dios Montenegro.
¿Quién iba a imaginar que la aldeana indígena llegaría a triunfar?
María Ixim viajó a Francia, donde se doctoró en piano y triunfó, como solamente triunfan los implacables soñadores, como triunfan los que al caer una vez, se levanta tres veces y perseveran siempre.
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Por Fin…
Autor invitado: Francisco Lujàn
Guatemala
Por fin, ella ya no està conmigo,
puedo irme a volar sobre el mar.
a pesar de que fuè mi peor castigo,
de esa manera, no volverè a amar.
Por una mujer… tantas cosas,
un poema, una canciòn, unas rosas.
Tanto que se da por una mujer,
la vida, el mañana, todo el ayer!
Por una mujer, por el beso de una boca,
por una sonrisa mi alma se volviò loca!
Por una mujer se escribe una canciòn,
se deja todo, se entrega el corazòn.
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Tu Madrugada, Patria
Autor invitado: Otto Renè Castillo
Así concibo yo a mi patria,
que otros la conciban como quieran
Anduve viajando
muchos años
por el mundo,
con el lucero
de tu nombre
en los ojos.
Y no hubo
una sola mañana,
que se fuera
sin algo de lo tuyo.
Cuando el alba
llegaba, ya estabas
repartiendo tus gestos,
extraños y lejanos,
desde la oscura colina
de mi rostro.
«¿Por qué la quieres
tanto, me decían,
si es amarga y cruel
como el alma de un basta?
¿Por qué, si es tan chiquita
y tan hambrienta, que en ella
a uno sólo le queda por delante
la ardua tarea de morirse?
Pero yo siempre respondía,
que te quiero tanto,
porque aún sumido en la tiniebla
oyendo el largo llanto
de tus hijos,
no puedo ignorar
que detrás de mí
comienza, en verdad,
tu madrugada.
Luego te alegrabas
en el fondo de mis ojos,
y volvías tu rostro
con ternura,
tal vez en busca ya
de los hijos
que están todavía
por venir.
Extraído de «Poesía» Casa de las Américas, 1989
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Libertad
Autor invitado:Otto Rene Castillo
Tenemos
por ti
tantos golpes
acumulados
en la piel,
que ya ni de pie
cabemos en la muerte.
En mi país,
la libertad no es sólo
un delicado viento del alma,
sino también un coraje de piel.
En cada milímetro
de su llanura infinita
está tu nombre escrito:
libertad.
En las manos torturadas.
En los ojos,
abiertos al asombro
del luto.
En la frente,
cuando ella aletea dignidad.
En el pecho,
donde un aguante varón
nos crece en grande.
En la espalda y los pies
que sufren tanto.
En los testículos,
orgullecidos de sí.
Ahí tu nombre,
tu suave y tierno nombre,
cantando en esperanza y coraje.
Hemos sufrido
en tantas partes
los golpes del verdugo
y escrito en tan poca piel
tantas veces su nombre,
que ya no podemos morir,
porque la libertad
no tiene muerte.
Nos pueden
seguir golpeando,
que conste, si pueden.
Tú siempre serás la victoriosa,
libertad.
Y cuando nosotros
disparemos
el último cartucho,
tú serás la primera
que cante en la garganta
de mis compatriotas,
libertad.
Porque
nada hay más bello
sobre la anchura
de la tierra,
que un pueblo libre,
gallardo pie,
sobre un sistema
que concluye.
La libertad,
entonces,
vigila y sueña
cuando nosotros
entramos a la noche
o llegamos al día,
suavemente enamorados
de su nombre tan bello:
libertad.
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