noviembre 2013
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Mirada
La làgrima casi ausente que brota de tus ojos
es el rìo que alimenta mis cultivos secretos
calma mi sed en los dìas rotos , sin ternura
baña tu rostro y engrandece tu espìritu.
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Danza
Danzan las hojas, al ritmo musical del viento
dejando sus notas dispersas
en un espacio vacìo del cielo.
Nacen quimeras en las riveras del rìo
y rìe el manantial cristalino viendo la luna.
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Cuando Los Seres Amados Se Van
Cuando los cambios no encajan, con las necesidades humanas, espirituales, causan dolor. Buscar, compensar necesita paciencia y tiempo.
Sustituir es de paso dificil, porque en el estuche de nuestro corazòn, estàn los nombres, la forma de ser de los seres ausentes que amamos.
En el momento de la pèrdida volamos a un espacio de la nada, suspendidos en el vacìo…….sin movimiento.
No hay fè, esperanza, solo nuestra tierra vacìa. Al rato nos visita la reflexiòn, como una preparaciòn para recibir nuevas semillas, que creceràn en otra forma, en otro tiempo, deparando alegrìas. Sin olvidar, con el sigilo de la precauciòn.
Caminando, buscando el sol, la luz, su calor, la justicia. «Detras de las montañas de la patria»
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Lluvia de Palabras
Se deslizan las palabras
en el aire sombrìo de la nada,
convirtiendo hojas secas en flores
y charcos en manantiales.
Surgen en la esfera real
los sueños en la bruma
alcanzando plenitud,
al morir la luz del dìa.
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Palpita la Vida
Latidos celestes, en una alborada
cristalino rocìo de la mañana.
Corazòn del cielo, cuajado de lunas
redondas, a medias, pero todas de plata……….
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La Naturaleza
Con pasitos suaves,
con pasitos tiernos
se acerca majestuosa y atrevida
la inmaculada noche.
Esa con luna y con estrellas
con abrazo lleno, completo
sin respiro de lo malo
saboreando cien por ciento
los deleites de la era.
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Niña con Fulgores Mayas
Remolinos de hojas sobre tu cabello,
los cenzontles con sus cantos alumbran
el fuego intenso de la vida
Oh! niña bella, hermosa! hija de la luna,
te adorna una diadema, llena de tu ser y de inocencia.
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Los Encuentros
Son caricias, oleaje de pètalos………. son camelias
en una playa eterna, con aroma de rosas y arena.
Sabor a pino de bosques frondosos, que van hacia el cielo
en busca de la ùnica aurora.
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Abrazo de Vìa Lactea
Alma dormida
regocijada bajo la làmpara
inmortal de la luna llena.
Descansa sus penas y dolores
abrièndose una selva inmensa de colores.
Abrazo azulado en un cercano horizonte,
que te llena de mar, arena
de una esperanza profunda……
serena……..
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Ixcan
Cantaautor invitado: Alejandro Arriaza
Los dioses decidieron fijar su residencia en el Ixcán,
tejieron un huipil de selva verde, colgaron un chachal
hecho de estrellas.
Y luego permitieron que los hombres habitaran su
morada.
La milpa floreció entre la montaña, los niños jugaron
con la luna,
los dioses decidieron instalar el paraíso en el Ixcán.
Los árboles espiaban su belleza reflejada en el Chixoy,
los pájaros cantaban sus romances y hasta el sol
trataban de elevarse.
La tierra bondadosa era la madre de la espina y de la
flor.
Pero un día llegaron los hombres del fuego y la guerra,
quemaron la milpa, regaron con sangre la tierra.
Los hombres y las mujeres dejaron su hogar
y hacia el amargo exilio hubo que marchar.
Los dioses abandonaron su paraíso, todo cuanto estaba
hecho se deshizo,
los días de la alegría quedaron atrás, la muerte se hizo
dueña del Ixcán.
Los montes conocieron la furia del señor de Xibalbá,
los gritos de la bomba y la metralla tronaron en la selva
noche y día,
el viento era el gemido moribundo de la selva
desgarrada.
Las aguas del Xalbal corrieron rojas, las nubes se tiñeron
de cenizas,
los montes conocieron la furia del señor de Xibalbá.
La risa de la selva fue tomada prisionera y torturada,
bajo el polvo de todos los caminos brotaron
cementerios clandestinos.
El cielo lloró sangre lamentando el genocidio del amor.
Pero más poderosa que el odio, la guerra y la saña
fue la voz del corazón de la montaña
y aquellos que un día lejano debieron marchar
a casa decidieron regresar.
La furia del pueblo libre y organizado fue como la fuerza
de cien mil tornados
y quienes les aplastaron con su bota vieron que su
fuerza había quedado rota.
Luego de la noche fría y despiadada se vino el gozo de la
madrugada.
¡La muerte y el dolor no volverán a pasear por las
montañas del Ixcán!