horizonte
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Dìa de los Santos en Santa Ana Huista, Huehuetenango 4
Autor Invitado: Elder Exvedi Morales Mèrida
Años después, Juan de Dios escribió: “El día primero de noviembre: fue el principio de la celebración que comenzó por la tradicional visita familiar al cementerio, con el fin de colocar adornos sobre las tumbas de los deudos fallecidos. Era de ver la diversidad de colores de adornos de papel de china entre los que de verdad prevalecían los colores blanco, celeste, morado y negro. Panteones y tumbas a ras del suelo desbordantes de hojas de pino y flores silvestres. Yo cubrí con sendos manojos de flores los panteones de mis seres queridos y, según la tradición, bebí cusha, y derramé en los panteones de aquellos que me precedieron y gustaban del licor. No miento, una melancolía aterradora se apoderó de mí”. “Cada 1 y 2 de noviembre muy de mañana, cuando los primeros rayos de luz se asoman, las familias desfilan hacia el cementerio para colocar ofrendas multicolores en los panteones remozados o en los volcanes de tierra alrededor de una cruz que señala el sitio donde descansan los restos de parientes y amigos. Se despliegan las flores naturales más coloridas, guirnaldas de pino y ciprés esparciendo su característico aroma o aquellas hechas de flores de papel enceradas que hábiles artesanas han elaborado desde meses atrás…”, escribió años después Juan de Dios en The New York Times. La mayoría de las personas lleva flores, coronas, candelas, veladoras, incienso y pom a todos sus difuntos. El día 1 es una fecha muy importante para las personas, ya que ellos esperan ansiosos la llegada o visita de los difuntos en sus casas, y las familias preparan diferentes clases de comidas como el recado, el pepián, el fiambre, el caldo de gallina, el caldo de res, tamales, también preparan elotes cocidos, ayotes, güicoyes y bebidas como el café, el atol de masa, chicha, y otros. Todos estos alimentos son dejados en la cabecera del panteón para que sus difuntos puedan comerlos en la noche del 1 de noviembre. “Antes- comenta don Filomeno Hernández-, los que tenían pisto, les ponían comiteco. Pero claro, solo a los que en vida les gustaba guaro. Pero como ahora, siempre hay listos: unos se comen la comida que le ponen a los muertos y otros se toman la cusha. Y entonces la gente dice: Vino el finadito a comer y a beber. Pero así es feliz la paisanada. Y cada uno tiene su forma de ser feliz.”. John escribió después: “Era increíble ver los panteones llenos de comidas y bebidas”. -Babosadas, eso de poner yuca, camote, frijoles, tamales, chicharrones, güisquiles, tortillas y guaro en las tumbas-, protesta don Próspero Morales Velásquez. -¿Cómo así vos Posh?-, cuestiona su esposa Abigail Hidalgo Lemus. Y el interrogado responde: “Porque los ixtos y los bolos se lo comen todo. Mirá a aquellos bolos, felices con tanta boquita de grolis…” Y, efectivamente, siete borrachos consuetudinarios degustaban de comidas y bebidas, sin pagar un solo centavo. Lo mismo hacen otros traviesos. Y, al rato, o al día siguiente que llegaban los familiares del difunto, decían asombrados y satisfechos: ¡Miren, se comió todo lo que le trajimos! “Yo recuerdo que cuando era güiro mi mamá nos traía a realizar el rito anual, que consistía en colocar las guirnaldas en los sitios especiales, encender una vela y sentarnos a platicar en los bordes de los panteones evocando a los parientes que durmieron hace mucho tiempo…”, dice Juan de Dios, con cierta nostalgia, mientras bebe comiteco, con avidez… Como siempre, los niños se suben a la loma para hacer despegar los barriletes o cometas en su vuelo hacia el cielo. Les dan bastante hilo para que alcancen el horizonte… – Si se escapan los barriletes, nadie se entristece porque llevarán el mensaje a “ellos”, los que se fueron hacia la eternidad-, dice tío Chema.
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Vámonos Patria a Caminar
Autor invitado: Otto Renè Castillo
Vámonos patria a caminar, yo te acompaño
Yo bajare los abismos que me digas.
Yo beberé tus cálices amargos.
Yo me quedare ciego para que tengas ojos.
Yo me quedare sin voz para que tu cantes.
Yo he de morir para que tu no mueras,
para que emerja tu rostro flameando al horizonte
de cada flor que nazca de mis huesos.Tiene que ser así, indiscutiblemente.
Ya me canse de llevar tus lagrimas conmigo.
Ahora quiero caminar contigo, relampagueante.
Acompañante en tu jornada, porque soy un hombre
del pueblo, nacido en octubre para la faz del mundo.
Ay, patria.
A los coroneles que orinan tus muros
tenemos que arrancarlos de raíces,
colgarlos de un árbol de rocío agudo,
violento de cóleras de pueblo.
Por ello pido que caminemos juntos. Siempre
con los campesinos agrarios
y los obreros sindicales,
con el que tenga un corazón para quererte.Vámonos patria a caminar, yo te acompaño.
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Niña con Fulgores Mayas
Remolinos de hojas sobre tu cabello,
los cenzontles con sus cantos alumbran
el fuego intenso de la vida
Oh! niña bella, hermosa! hija de la luna,
te adorna una diadema, llena de tu ser y de inocencia.
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Abrazo de Vìa Lactea
Alma dormida
regocijada bajo la làmpara
inmortal de la luna llena.
Descansa sus penas y dolores
abrièndose una selva inmensa de colores.
Abrazo azulado en un cercano horizonte,
que te llena de mar, arena
de una esperanza profunda……
serena……..
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Equivocaciòn
Autor invitado: B’alam Kitze
Mujer, te equivocaste de rumbo;
Te equivocaste de camino;
Te equivocaste…
Tu destino eran mis pupilas,
Tu destino era mi poesía,
Tu destino era yo;
Hoy mi poesía es tu horizonte imposible. -
Inexplicable
Alegrìa en mi nostalgia
neblina de sabores
ocultos en la claridad grisàcea
de tu oleaje de mar en pena.
Sol rojo, bajando en el horizonte de la vida
con calores desesperantes
satisfecho del final de la aurora.
Vibrante, lùcido con su risa pura
de cielo azulado con nube blanca
sin peso, liviana, ligera
con tranquilidad de colores
murmurando al viento; cientos de secretos.
Rosas calladas de lirios expuestos
siendo mucho màs bellos al calor de tu mirada.
Eres el todo como aùn sigues siendo la nada
de una pregunta surgida del murmullo del viento
queriendo la pronta respuesta
del tiempo y la vida