Un Dìa en el Campo

Aleteò el gallo en su gallinero, canta dejando escapar con acento de mandato, que empieza el dìa.

Un disco de fuego ingresa, doblegando esas sombras obscuras de la llamada noche, viajando, desapareciendo en el carruaje, detràs de los Cuchumatanes.

Es la hora de tomar el cafè, del que hacen los Ixiles para despertar, o para matar el sueño, con chile, pimienta, clavo de olor…..hervido con penetrante olor a campo, olor a nativo de montaña y canto.

Hay que marchar al monte, a la pradera, por el  llano….es tiempo de cosecha.

Caras felices, dìa soleado lleno de polvo, todavìa un poco de frìo, caminamos por estrechos senderos, nuestro tzute en los hombros, el machete a los lados y los animales cargadores delante, uno atràs del otro, como lo permita el camino.

Se divisan los àrboles y el olor a manzana, a pera, a melocotòn del corazòn colorado, de melaza de frutas diversas; los àrboles a la espera y las manos listas al trabajo.

Del cerro se ven solo los sombreros, las camisas blancas y los morrales con el bastimento.

Empezamos el corte, allì estan los canastos que nuestras mujeres han preprado con sumo cuidado, y con su delicadeza toman nuestras frutas jateàndolas despacio y en orden.

Canastos con rede, para transpotarlos  con la colaboraciòn de las bestias, camino hacia el pueblo, camino hacia abajo , camino desde el  alto cerro, llamado el Alux.

El mismo aroma de prado, de monte revuelto con fruta, inunda el ànimo travieso del que trabaja su tierra, con permiso de sus Dioses, de sus antepasados, resultado de oraciones, ceremonias, fe comunitaria y fuego.

Una llovisna fina, invita con prisa a terminar las tareas, nostalgia de abrigo, del hogar que espera con  el calor del fuego, invitando al descanso, a la comunicaciòn por palabras y gestos.

Se suben las trensas alrededor de las cabezas, encima del yagual el canasto pesado, con frutas diversas, cargando a las bestias estan los varones. Estas esperan celosas, con suma obediencia , los planes del amo.

Se acerca la tarde, se acerca el descanso, con agua, tazol y sal de venado…..despacio ya llega en colores de humo, repartido en diversos tonos, la anunciada tarde, que se convertirà en la noche.

Espaciosa fuente, que calma la sed del trabajo, alimenta esperanza y alegra siempre la otra mañana. Viviendo el presente, con olfato atento, al aire de hierba, de animales y gente.

Por suerte la luna iluminarà, con luces de plata, el camino de regreso….. de regreso al rancho!!!!