Renovar

Nacen y mueren los dias soleados, dejando en el viento preguntas sin la brisa de una respuesta;  recuerdos cansados de recordarse, porque las imàgenes no son mas luminosas, màs bien son, con poco brillo  y colorido, casi borrosas, en blanco y negro, en medio de una nube de  neblina.

Cansada la memoria de tanto recordar, lo que no se mira con la luz en directo, viene un deseo regocijado de entrega total, en los brazos de sueño de un descanso. En donde nadie interrumpa para estar solos en nuestra propia compañia. Serà porque duele lo que no podemos arreglar para evitar el sufrimiento de los que màs amamos. Porque necesitamos redimir y atrapar las fuerzas de nuevo en el aire, para volver a empezar.

Empezar el trayecto de una nueva vereda para llegar al mar y apreciar el azul intenso de la lejania en las montañas o la linea pequeña diminuta de un horizonte dorado.

Es tiempo de observar la luna y el sol, de encontrar las palabras con el parpadeo de los ojos ajenos y de las palabras que los seres humanos expresan a gritos, en las calles de mercado  o  al oido en forma de murmullos como aguas gigantes,  traviesas, en medio de un vacio perdido, en cascada de recorridos que llevan historia.

Alcanzando la suavidad del arroyo y la claridad de aguas espumosas, que llegan a los oceanos azulados celestes del universo eterno.

Ya en la eternidad se pierde el pensamiento porque el extàsis no permite màs que disfrutar de la belleza plateada que nos regala las estrellas de la noche.

No hay màs lugar para llantos ni quejas, solo la risa y la felicidad completa, al lado del oro mas fino, a la orilla del rìo, junto al ser amado.