Cuando el contacto permanente con la inteligencia creativa se haya establecido, el «ego» podrà «jubilarse» con honor y sin perjuicios.
Tiene entonces permiso de apartarse y permitir que sea el «Yo interno» quien tome las riendas para conducirte por la vida.
Ese es el momento supremo de la entrega, cuando la intuiciòn, la inspiraciòn y la creatividad despertaràn, para apoyarte y viviràs cada experiencia desde la integridad y la sabidurìa que procede de lo màs elevado de tì mismo.
En el viaje hacia la lejanìa, quien conoce el rumbo es el «capitàn».
Y a quien le corresponde la tarea de servir es al «ego», a quien nunca debe permitìrsele proceder por su cuenta, sin buscar antes contacto con el «capitàn» y pedirle ayuda cuando lo necesita.
Si te identificas solamente con las apariencias de lo fìsico, viviràs desde el «ego» y asì tu vida perderà su significado trascendental.
Talvès entonces tu paso por la Tierra se convierta en la bùsqueda del placer y la comodidad, pero luego de obtenerlos, te encontraràs todavìa màs vacìo y desilusionado.
Elegir actuar desde el amor o desde el miedo, marcarà la diferencia en la calidad de vida.
Y ello no solamente en el àmbito de lo personal, sino tambièn en lo nacional y lo universal.
Si aceptamos seguir actuando con las contradicciones a las que el miedo nos lanza, el mundo y la naturaleza misma seràn un hogar inhòspito para nosotros.
Cuando somos felices, sin exigir un determinado resultado en el futuro, no establecemos las condiciones para sentirnos decepcionados. Y cuando aquello que nos gustarìa que pasara no sucede, sabemos que encontraremos nuestra felicidad en «lo que es».
Nos sentimos felices de actuar de ese modo, porque forma parte de nuestra pràctica espiritual.
Estar presente y aceptar cada momento, es la base de toda pràctica espiritual genuina.
No importa que sea cristiana, budista, judìa hindù o musulmana.
La felicidad del momento, la aceptaciòn del momento y el amor del momento, junto con la paz y amabilidad, son los frutos de nuestra pràctica espiritual.
Cuando intentamos conseguir que pase algo, no importa lo que sea, nos percibimos como seres necesitados o con estados carenciales y sentimos que si no logramos lo que queremos, no seremos felices.
Esta actitud nos garantiza la desdicha, ya que siempre que condicionamos nuestra felicidad a la consecuciòn de alguna cosa o la buscamos en el futuro, nos sentimos decepcionados.
A travès de la paz interior se puede conseguir la paz mundial.
Aquì la responsabilidad individual es bastante clara ya que la atmòsfera de paz debe ser creada dentro de uno mismo, entonces se podrà crear en la familia y luego en la comunidad.
Reescribir una historia diferente a la que hemos cargado durante tanto tiempo, parece no tener sentido ni direcciòn, pero es muy fàcil, solo hay que querer comenzar una nueva vida donde los patrones viejos ya no nos sigan limitando. Escribir una historia diferente quiere decir, que ya no serè esa personalidad que no me deja avanzar, que me limita, que me resta y divide.